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lunes, 20 de abril de 2020

23 de abril, Día del Libro (o no)

Miguel y William. 

Cada año el día 23 de abril, además de honrar a San Jorge y conmemorar la rebelión de los Comuneros de Castilla, se celebra el Día del Libro.
De esta manera recordamos que los dos genios más universales de la Literatura española e inglesa, Miguel de Cervantes y William Shakespeare, fallecieron el mismo día 23 de abril de 1616.
O no. Porque puede que fallecieran en la misma fecha, pero no el mismo día. Me explico.
El calendario implantado por Julio César en el año 46 a.C. (calendario juliano), se basaba en considerar que un año dura un poco más de 365 días, concretamente 365 días y 6 horas. Esta diferencia de seis horas la resolvieron introduciendo los años bisiestos (366 días en el año) cada cuatro años para ajustar que la Tierra no da un número entero de vueltas en un año; de manera que 6 horas cada año al cabo 4 años son 24 horas (un día) más. Así hasta el siglo XVI.
En realidad, la duración de la rotación terrestre es de 365 días, 5 horas, 48 minutos y 45 segundos. Por lo que esos 11 minutos de diferencia adelantados cada año se acumularon durante 15 siglos hasta llegar a ser… ¡10 días!
Corría el año 1582 cuando el Papa Gregorio XIII advirtió que la primavera había comenzado el 11 de marzo y la Semana Santa se había adelantado unos días, cambiando incluso de estación. De seguir así, según vio acertadamente el Papa, la Semana Santa se iría celebrando cada vez antes y, tras algunos años, acabaría juntándose con la Navidad.
Gregorio XIII se fijó el objetivo de lograr un calendario más exacto que corrigiera el desfase y, junto con una comisión de expertos, investigadores y astrónomos, hizo una nueva propuesta de calendario (calendario gregoriano), según el cual serían bisiestos los años múltiplos de 4, excepto los terminados en 00, si no eran múltiplos de 400.
Pero, ¿qué hacer con los 10 días que se llevaban adelantados hasta entonces? El Papa optó por vía más fácil: suprimir los 10 días del calendario. Y es por ello por lo que la noche del 4 de octubre de 1582 dio paso... al 15 de octubre.
Si alguna vez te preguntan qué ocurrió entre el 5 y el 14 de octubre de 1582, la respuesta es NADA. No ocurrió absolutamente nada. Porque esos días no existieron.
Volviendo a Miguel y William. Los países católicos como Francia, Italia y España adoptaron inmediatamente el nuevo calendario gregoriano. Años después, Cervantes falleció en Madrid el 23 de abril de 1616. Un inciso: el registro parroquial dice que fue enterrado el 23 de abril, lo que nos hace suponer que en realidad falleció el día 22, porque lo habitual era velar al cadáver al menos 24 horas.
Por el contrario, Inglaterra, que no era católica, no reconocía la autoridad del Papa, y no adoptó el nuevo calendario hasta 1752. Cuando Shakespeare falleció era 23 de abril de 1616. Para los ingleses. Porque en España con el nuevo calendario era 3 de mayo. Hacía 10 días que habíamos enterrado a Miguel de Cervantes.
Los dos grandes de la Literatura, Cervantes y Shakespeare, que nunca se conocieron, no fallecieron el mismo día, sino la misma fecha. O tampoco.

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